El cuerpo humano se desarrolla de manera maravillosa, y el segundo año de vida representa un hito importante en el funcionamiento de la vejiga.
Durante este período, se desarrollan las vías nerviosas a través de las cuales el niño pequeño comienza a percibir la sensación de vejiga llena y es capaz de controlar la micción. Por lo general, en esta etapa el niño deja de mojar la cama por la noche.
Sin embargo, si el problema persiste después de los cinco años, es importante buscar ayuda médica.

En casos raros, el origen de la enuresis puede ser orgánico, como malformaciones del tracto urinario o de la columna vertebral, infecciones urinarias, diabetes o infecciones parasitarias como lombrices intestinales.
Pero con mayor frecuencia, las causas son de origen psicológico, como una crianza autoritaria, la sobreprotección, el abandono, los celos, la ansiedad, la rebeldía, tendencias psicopáticas, neurosis o discapacidad intelectual.

Es fundamental observar siempre el comportamiento y el estado emocional del niño, y hablar abiertamente con él sobre cualquier posible problema.
Nuestra actitud amorosa y comprensiva, junto con la intervención médica cuando sea necesaria, son claves para el desarrollo saludable de nuestro hijo.